- Lava el acero inoxidable con agua caliente y un trapo o una esponja.
- Si hace falta, agrega un poco de detergente.
- Estos consejos se aplican a toda superficie o elementos fabricados con acero inoxidable. No olvides hacer una prueba en un área poco visible primero.
- Si el problema son las marcas que dejan las huellas dactilares o el agua, rocía la superficie con un poco de limpia vidrios. Lo mejor es que limpies con un trapo de micro fibra. Una vez que termines, enjuaga bien y sácale brillo a la superficie con un trapo seco o una toalla.
- Para eliminar las manchas más rebeldes, usa bicarbonato de sodio. Mezcla una cucharada sopera y una ínfima cantidad de agua suficiente para formar una pasta espesa. Aplica una capa de pasta sobre la zona manchada y deja que actúe durante media hora. Luego, pasa un trapo húmedo sobre la superficie, enjuaga y déjala secar.